Fuego y Tierra

sábado, 4 de enero de 2020

Despojada de la Música



Mi Dios que es mi vida entera, el transcurso de las horas, los acontecimientos que encauzan las olas sobre las que me arrastro hacia playas que, inauditas, me muestran paisajes siempre insospechados y a los que nunca espero porque la álgebra de mi lenguaje no tiene suficientes notas para modular los entornos, las asperezas y vibraciones de que se componen la mañanas que encadenan las horas de un reloj salvaje que me tiraniza para no sublevarme. 

Aunque mi imaginación diga BASTA, aunque mi corazón quiera torcer una esquina sin pedir permiso y mis brazos se extiendan para responder al aire. Aunque mi ventana me ofrezca la vista de la soledad de mi alma y mi perro me observe con sus ojos graves y silenciosos, con los que intenta recordarme que existo, me falta el aliento para comprender nada.

No poseo la llave, estoy despojada de la música que acompaña los días cuando te levantas y esa tenue sensación de una puerta abierta que te ofrezca el aliento para comenzar el vuelo y emitir la palabra adecuada con la que hacer del mundo tu morada.

Estoy alejada del cuadro que representan los humanos y lloro, lloro porque piso la tierra y no me siento en ella...y miro a los ojos de la gente y me atrevería a medir la distancia que existe entre su pupila y mi cerebro. No entiendo nada...pero lloro...y de qué me sirven las lágrimas?



Isabel Martinez Pita

miércoles, 18 de diciembre de 2019

Mi Destierro






Destierro es cuando las manos se acercan a otro cuerpo y te evitan. Destierro es cuando la mirada se hace ausente por falta donde encontrar asiento y descansar para merodear los aledaños con la inocencia de una sorpresa y la ausencia de los colores que inundan la melancolía de una infancia muerta.

Destierro es cuando la llama de tu vida se ha desesperado de ti y te olvida para posarse en otros juegos, en otros bosques y tú la miras sin el brillo de los ojos con los que hace tiempo la poseías y te hacía viajar lejos de la rutina que ni siquiera ahora reconoces porque tú ya formas parte de su desidia. 

Destierro es la forma de amar como nunca antes lo habías imaginado, con las manos vacías, con el vientre agrio con el amanecer ya nocturno y los recuerdos ocres, de tanto haberlos deseado.

Destierro es la palabra que te ignora, el pensamiento lejano, aquella mirada cuyo temblor ya hace tiempo permanece inerte y el paisaje que te ha absuelto de tu presencia porque tú ya nunca pertenecerás al hálito del viento que transforma las rosas en pensamientos.

Y aún permaneces allí...en ese asiento con el que tratas de aliviar las lágrimas que se deslizan sin conocer su rumbo, su destino ni su origen...tan solo están allí sin querer permanecer, tan solo dejar su huella para esculpir tu imagen de la que nunca nadie querrá saber nada, tan solo las flores que rodearán tu lecho, pero ...como tú, estarán muertas.



Isabel Martínez Pita

lunes, 12 de agosto de 2019

Muerte, extraña amiga mía



Muerte, extraña amiga mía, que en tus manos me recoges, muerte extraña amiga mía que me matas cada día y me nombras por mi nombre sin recomendación mía. 

Alimentas con tu veneno a los que me rodean para caer aletargada con tanta absurda batalla que no se libra si no que se soporta y te cambia el sello de tu rostro para pasar desapercibida. 

Aliméntate de las arañas que se nutren de tu sabia y sella tu asquerosa boca para no desperdiciarla. 

Muerte, querida amiga, que a mi lado te resguardas y me esperas para engullirme en tus asquerosas fauces antes de ser devorada y violada por la mentira que te da el color de tu mirada. 

Permíteme sonreír, extraña muerte mía, para aliviarme tan solo de la jornada y reírme de las palabras que se esparcen por capricho y la mayor parte de las veces sin saber que son puñales emponzoñados de miseria de las almas.

Muerte, extraña, amiga mía, no dejes que me muera que para la muerte yo ya estoy apresurada.


























lunes, 22 de abril de 2019

Notre Dame, o la Muerte de Europa


Se elevaba el humo de las llamas de Notre Dame hacia el cielo y las lágrimas de Victor Hugo no fueron suficientes para calmar la ira del fuego, mientras el maestro Fulcanelli observaba con estupor la muerte de Europa, el alma que se derramaba.

La mayor de sus torres ardía, el pináculo que los hombres erigieron para elevar su espíritu hacia Dios, por encima de la construcción de aquellos arquitectos que modelaron con sus manos los seres que gobiernan las esperanzas y los deseos del mundo y las gárgolas que se asomaban entre las fachadas para advertir a los humanos de las insidias que nos acechan.

París llora, pero el mundo se agota, mutilada la savia de un epicentro que durante siglos acumuló sabiduría y gloria, y que expandió gracias a los grandes hombres, hace siglos, un mensaje difícil de descifrar para ningún mortal.

Notre Dame queda absorta de su propia muerte. Solo hace falta observar su fachada para reconocer la mueca de su tristeza, la desconsolada mirada de su soledad que le ha privado para siempre de los espíritus que la engrandecieron y le proporcionaron el hálito de su belleza.

Nunca serán suficientes las palabras que se dediquen a Notre Dame porque la catedral de París tenía su propio lenguaje, con el que quería expresarse y ofrecer a los incautos que penetrábamos en ella la posibilidad de acariciar el mensaje de las estrellas.

Han herido de muerte a Notre Dame, pero el resto de la Humanidad nos deberíamos de preguntar quiénes la hemos hecho morir.










jueves, 20 de diciembre de 2018

Matrimonio con velo negro





Te casas conmigo recordando a la muerte. 

Firmaremos un contrato de despedida y tendré que olvidar tu casa y tus cosas...tus palabras. 

Tu compañía se aferrará a mí más profundamente y me obligas a seguir la estela de tu nombre, 

y todos aquellos sueños que se habrán roto para siempre. 

Te casas conmigo para no compartir con nadie más el dolor de tu agonía.

Pero yo...me quedo sola con la razón de una firma, con el recuerdo de una mañana

y el temblor de mis propias manos quebrándose poco a poco con tu imagen que estará vacía. 

Te casas conmigo y mi llanto será eterno hasta encontrarte.

No tendré horas ni habrá momento en el que tu mirada no deje de hablarme. 

Y me seguiré preguntando por qué las estrellas llegaron a hablarte y el cielo ocupó aquel matraz que cuidaste,

para hacer nacer un universo en el que cultivar un suelo donde germinara y creciera la esperanza del alma en busca del secreto más preciado de la vida. 















sábado, 14 de julio de 2018

Entre sueño y sueño



La vida se nos pasa entre sueño y sueño y las pesadillas que llenan nuestro tiempo. Cuando ahora me propongo hablar de las personas que han cincelado mi vida, muchas de ellas con martillo en mano, hasta el aliento huye de los huecos que le dan cobijo. 

La música no deja de ser una agridulce sensación de nostalgia perdida y los colores con los que antes pintaba lienzos se escapan de mi cerebro para que no piense en ellos.

Una extraña pesadez emponzoña la esfera del reloj que me empuja a cuidar de mi perro, a acudir al lugar en el que me siento durante horas para creer que hago algo o, simplemente, para hacer ver a los demás, que sirvo para algo.

Los ojos se me cansan y los oídos se agotan de tanta mentira, mientras el sol pasea por las ventanas de mi casa queriéndome hablar y yo fingiendo no escucharle, no vaya a ser que repare en la quietud del letargo que me paraliza.

Ávidas musarañas tejen historias incomprensibles, preñadas de interrogantes, creando laberintos insondables y yo…..me pierdo y, sin embargo, y a mi pesar, me justifico. Loca, loca tengo que estar para reconocerlo.

Se me escapa el alma, se me vuelan las manos, se me cae la mirada como la luz del día se adormece y solo mi piel grita ¡Basta! como para querer ser oída y solo la inercia conduce mis pies por trayectos demasiado rectos y demasiado escuetos.

No encuentro el hálito necesario ni la suficiente sed de vida para saltar en el aire y volar…volar lejos y con la sonrisa de la que aprendí la magia y el tacto de lo más pequeño, de lo sutil que permanece ajeno a la ignorancia de los desdichados que nunca han podido poner sus dedos en las teclas de los movimientos que recrean el Universo y…, aun así se creen poderosos y dignos de enseñar lo que es bueno.

Permanezco unida a un hilo que dibuja la mirada de un ser amado y me ata y me construye día a día. Permanezco pendiente por encontrar en cualquier otro la existencia de la Alquimia entre la distancia que recorre un pensamiento…un reconocimiento…y un saber decir “te quiero”.



                                                                                                                  Isabel Martínez Pita




















martes, 15 de mayo de 2018

Cuando el viento es más fuerte que la tormenta y las nubes acarician con su lluvia mi piel.


Cuando el viento es más fuerte que la tormenta y las nubes acarician con su lluvia mi piel.

No puedo dejar que me quiten  lo que he labrado durante toda mi vida. No puedo dejar que nadie se apropie de mi nombre para poner en su lugar el suyo por envidia y adueñarse de mis palabras, de mis pensamientos…de mi inteligencia… lo que no les pertenece.

Gritaré y expresaré las más abiertas de mis repulsas para esos seres que no tienen nada que decir e intentan robar el alma de quien la tiene.

Pobres facinerosos que quieren engañar con su palabrería  a los más incautos sin  ni siquiera ofrecer su mano y tender hacia la mejilla de un inocente un beso….esos no saben de qué color está pintado el cielo…no saben  que la verdad está hecha para unos pocos y se atreven, sin embargo, a proclamar que la tienen…..pobres diablos,  envueltos de  su propia desidia que les hace  disputar con los demás la propia amargura de sus vidas.

Que sonrisa más triste les acompaña para reírse del mundo sin saber cuál es su sustancia, qué amargas sus muecas doloridas de un encanto que se muere en el momento de expresarlas, qué podridas las ideas con las que engullen a las más tierna juventud que les rodea.

Cuanto de gris hay entre las paredes que me acechan con sus pobres personajes todos los días…durante ocho horas…durante tantos años.

Proclamo mi libertad en solitario y, desde aquí, mi decisión de tener mi propio espíritu y territorio para  despejar mis horizontes de personajes abyectos e insalubres. 

Aquí estoy yo para morir, pero con un alma que será inmortal, que es lo que muchas veces se requiere.    






107. El Aquelarre






















lunes, 15 de enero de 2018

Escucho tu silencio

Tu sonrisa es miel para mis ojos, tus palabras lluvia de primavera. 

Acudo a tu lado como pájaro sediento para que me ofrezcas la magia que tu expresión me dedica y la guardo, la atesoro para después escribir un poema. 

Escasos minutos tras unas horas estando juntos y separados. Poco espacio para vertir mi incomprensible nostalgia de ti y, aún así, moldeando la maravillosa silueta que me involucra a tus instantes, a tu tiempo peregrino hacia mi. 

Escucho tu silencio y me ensancha el cosmos tan anhelado. Es un estado de fragilidad adverso que descarrila los trenes de mi constancia y pensamiento. 

Es una paradoja que se añade a la poca fe que ya tengo. Sin embargo, es un reencuentro, y sin embargo...me pierdo.

Sé que es un sueño, pero no quiero perderlo.



Isabel Martínez Pita







martes, 9 de enero de 2018

Tan solo dos metros nos separan

Para acortar las distancias entre tu mirada y la mía invento palabras que ensanchen tu sonrisa y así poder nadar entre las salvajes olas que me agitan cuando consigo estar a tu lado.

Me falta la brisa de tus manos, la saliva lasciva de tu boca y esa caricia que me transformara en un ser alado sin alas pero ingrávido. 

Tan solo dos metros nos separan, distancia que mi piel cada día estrecha para sentir tu cuerpo como un quejido, una extraña obra de arte a la que mis sentimientos se sienten atraídos y heridos. 

Si pudiera alargar mi brazo y acariciar tu mano entre ese corto recorrido inalcanzable... 

Si pudiera alentar el vuelo de la imaginación para recorrer tu cuerpo y darle forma junto al mío...   



Isabel Martínez Pita










domingo, 7 de enero de 2018

Melancolía


Tu sonrisa hace frente a mis ojos caídos, tu sonrisa y la longitud de tu mirada hacia el cielo disuelve la soledad de mi tristeza vacía y extraída atraída por un pozo profundo que me succiona hasta el negro que me confunde en su ponzoña maloliente y nauseabunda, intentando rescatar las barcas perdidas con brazos débiles pero empeñados en la tarea de traspasar los límites de una realidad en la que ya no creo, en la que mi memoria pierde las notas de una sinfonía que me sustenta con sus brazos hacia arriba, anhelando rescatarme del pantano que ante mis ojos se extiende imitando mi melancolía, dando color a las horas grises de las ventanas tristes y soñolientos pájaros que no quieren despertar antes de que el sol les abrigue con el tenue calor de una mañana incierta pero posible para sus vidas. Antes que nada está tu mirada que me ha añadido al guión de tu poesía.















domingo, 1 de mayo de 2016

Mi Piel sobre las Brasas

Me muero en cada instante y recojo mi piel sobre las brasas. Acumulo la amalgama de momentos que me provocan la tristeza y me enfermo. Por qué el material de otoño del que estoy compuesta? Amo a quien no debiera y lloro por la luz que reverbera en el momento exacto que mis ojos despiertan de la fragilidad del límite entre la mañana y la noche y...así voy vacilando entre una y otra esfera..y así voy componiendo la música de mis propias estrellas. No quiero llorar, quiero inundarme de nubes y pertenecer a otros hombres y pisar otra tierra, quiero sembrar con mis lágrimas la esperanza  de un sueño y rodearlo con mis brazos  tiernamente para dibujar un futuro inexistente pero al alcance de los más ingenuos.



























sábado, 23 de enero de 2016

Los colores limpios y los espíritus sin alas

Siempre me digo que ésta será la última lágrima, invadida y bañada en alguna sustancia exógena que la precipite hacia la nada. 

Con frecuencia tiemblan mis manos porque transmiten la resonancia de mi alma que no es más que el instrumeno de percusión de lo que siento, de lo que veo, de lo que escucho. 

Siempre espero dar una patada a la tristeza y ella aparece disfrazada tras cada puerta, tras la mirada obtusa de quien está lejos del Universo que cultiva y sabe cuidar de las estrellas.

Siempre me propongo observar los colores limpios de partículas emponzoñadas de perversos pensamientos y de espíritus sin alas, pero caigo al suelo agotada de hastío y mediocridad.

Levanto el vuelo. Es la ficción en la que me recreo la que alienta el trayecto de mis pensamientos. Coronadas las lunas, intento alcanzar planetas que me sirvan de morada y me hallo con la pupila turbia de un ser cercano que me escupe a la cara su propia indolencia, ignorante de la Cábala que ahuyenta los monstruos y protege de alimañas salvajes que se visten de tules. 





  



































sábado, 16 de enero de 2016

Emborracharme de mi misma


Dejadme emborracharme de mi misma, permitirme un hueco en alguna esquina para ensimismarme con lo que no está cerca ni lejos, ni tan siquiera existe. Son los sueños grabados en mis pupilas que caminan solos y me añaden a su aventura por el espacio que no se palpa, que delira, se esconde para que lo persiga y me arranca del suelo para ir tras ellos.

Fantástico baile de poesía que me incita a seguir su ritmo en una prodigiosa sinfonía.

Envolvente estado de apasionamiento ingrávido que cura cualquier herida y le concede a cada una de ellas la categoría de condecoración para poder subir más peldaños, cada vez más livianos.

Recuerdos favorecidos con cuentos y colores añadidos, abrigados con melodías más poderosas que el propio tiempo transcurrido.

Dejadme emborracharme de mi misma y llegaré a poder ofrecer mi mano para intentar escalar las estrellas. 









































sábado, 7 de noviembre de 2015

Aliento Primigenio


Yo voy atrasada con el tiempo, desconexa, errática. Vago por los minutos como si fueran caminos interminables y, sin embargo, me muestran su cara más desagradable cuando encuentro las horas a las agujas pegadas interrumpiendo la armonía de los pensamientos que inundan mi silencio nocturno. 

Abunda más la tentación de poseer el espacio que la dicha de retenerlo en mi particular morada y proyecto mi mirada hacia la almohada para someterla a los sueños esquivos de una pertinaz mentira que alucina con quebrarme los sentidos hasta agotarlos y dejarlos hastíos. 

Pobres ilusiones sin sentido, que se desvanecen antes de recibir el aliento primigenio de vida, que diluyen los aromas innombrables de todos los paisajes perdidos y me llaman por mi nombre para reclamarme, para advertirme que la semilla agostada requiere del hálito que en mi alma se culmina. 






































sábado, 6 de diciembre de 2014

Profeso una religión

Profeso la religión de una especie en desuso, donde las orquídeas no se mezclan con las malvas, mientras las amapolas  levitan y evitan con su tallo el suelo. 

Profeso una religión que me impele a caminar despierta con los sueños clavados en las pupilas, mis manos abiertas para dejar pasar entre los dedos la mirada tosca, la palabra hueca, el sentimiento podrido.

Profeso una religión en la que me siento castillo habitando un hueco.

Mis pecados son mariposas revoloteando en mi mente. Las atrapo, las observo y vuelven a alzar el vuelo.

Mi confesión es la palabra que sale de mi boca y no retengo.

Mi comunión es el alma que encuentro suspirar la belleza de la amplia gama de la vida que va desde la muerte a la esperanza.

En mi religión no hay epitafios, tan solo una maleta con una tierna sonrisa dentro.






















Perfilando el cielo

Siempre perfilando el cielo,
rozando el infinito,
esperando la lluvia amable
que acaricie mi pelo.

¿Qué cantidad de alma
se necesita
para dar vida a las palabras? 






sábado, 29 de noviembre de 2014

Paradero ingrávido

Cuando un brazo rodea mis hombros y riega mis ojos una sonrisa, dejo que se apoyen sus pupilas en el mar que se convierte  mi piel y me envuelven en un paradero ingrávido, donde el entorno pierde sus perfiles y se funden las bastas realidades surgiendo armoniosas melodías.

Me mezo en el aire de ese sueño inabarcable y extiendo mis brazos como livianas alas.

Vuelo..vuelo lejos donde nadie que no esté a mi lado puede alcanzarme.

Me precipito en el océano y me sumerjo dulcemente  en ese hogar que me dio vida. 

Entonces descanso, la soledad me acompaña, me ofrece fantasías, y es el azar el que se encarga de trenzar mis sueños. 














martes, 11 de noviembre de 2014

A la querida infancia

He sujetado amaneceres hasta que la luz provecta de tanto empeño me ha negado el alivio de permanecer entre esos límites que separan los sueños de la tibieza de un nuevo día al que todavía no he de rendir cuentas.

Me he abrigado en el resuello de la mañana que no termina de nacer y he conseguido, en alguna ocasión, creer que las sucesivas estampas que llenarán las horas me proveerán de entusiasmo.  

Llego siempre a la conclusión que son únicamente las luminarias que aún reverberan en no sé qué estrato de mi condición las que me permiten oler sensaciones primarias e insondables. 

Son como algunos objetos que, escondidos y queriendo pasar desapercibidos, te asaltan desde cualquier rincón y te hacen sentir un súbito estallido de emoción. Son ráfagas de un mundo que era la infancia…tan desconectado del monolítico averno en el que nos movemos….tan colorido…tan insaciable…tan dibujado de risas. Creo que es esa,  la infancia, la única verdad que tuvimos. 


   










sábado, 8 de noviembre de 2014

El mejor de los amigos

Ya ni siquiera me retienes en tu casa por las noches para darte los buenos días. Ya he pasado a formar parte del área convencional de tu vida.

Quizás soy un broche elegante que muestras para sentirte hombre, quizás soy el anzuelo con el que pescaste el pasado para redimir tus heridas. 

Quizás tu cerebro ha confundido las nubes con el peso de las sombras que te acechan porque nunca dijiste que formabas parte de la melancolía. 

A pesar de tu pesadumbre me aferro al lado izquierdo de la esquina más obtusa del último de mis pensamientos para intentar elevar el vuelo y sortear tus palabras con las que intentas señalar los pasos de mis sueños. 

A pesar de tu rastro mis brazos siguen teniendo fortaleza para sustentarme al filo del abismo que me conduce a mí misma. Y …al final del recodo vuelvo a retomar el paso que inexorablemente sostiene mis hombros alentando el vuelo de mis fantasías. 

Que no me quites mi sagrado rincón de ensueños, que no me despojes del descanso merecido del lecho que mis lágrimas han tejido para aliviar los sollozos y…entonces formarás parte de la distancia que construye el mejor de los amigos.      












miércoles, 29 de octubre de 2014

He paseado por las calles de Espronceda









He paseado por las calles que hasta hace un año me acogieron. Las personas que allí estaban me llegaron a querer a fuerza del trato que tejíamos entre copas o cafés. Me ha inundado una profunda tristeza que me ha hecho comprender que nada de lo que hagamos tiene sentido ni a nadie importa. 

Un edificio muerto, totalmente clausurado con una puerta de aluminio sellada y unas rejas frente al garaje, que todos los días guardaba mi coche, que han dejado inundar de basura e inmundicias su portal. 









He paseado por las calles que antes eran mi ciudad de día, mi recodo donde creía que podía escribir y transmitir sentimientos sobre la realidad. Ahora ya sé que nada es cierto. Todo depende del turno del tiempo que nos ocupa. Me quedo con los ojos vidriosos, con las manos temblorosas. No es la edad, no, es el tiempo de silencio. Es el amargo devenir de no haber podido gritar, de no estallar entre vidrios y poder cambiar tan solo un instante para no empezar a morir. 

He caminado por las calles que 35 años han dibujado parte de mi existencia y he llorado. Las personas que todavía están ya son vestigios del pasado. Me han dado con sus besos la distancia infinita de otras vidas, y he querido arrancarles de su espacio y volverlas a llevar conmigo en mi maleta. Ahí han quedado y con ellos la certeza de que quizás no haya ya ninguna otra oportunidad.

Somos viejos por cortesía, por amabilidad, por no quitarle la razón al tiempo, por no suplir a los jóvenes sus señas de identidad. Allí quedan, no sé dónde, los ladrillos, las anécdotas, los colores, las palabras, las miradas…engullidos entre las paredes de un edificio desahuciado y condenado al olvido. 











He paseado por las calles que me dieron cobijo y me proporcionaron una existencia entrañable y única que forma parte de mi identidad. Por esas calles paseé con mi padre. Ese edificio me lo enseñó él y lo conocí de su mano. Él logró con su palabra amable y su conocimiento que formara parte de su entramado, muchas veces para mi incomprensible.

A las personas que mantendré siempre en el recuerdo porque se han quedado adheridas a él. Al tiempo que ha labrado mis pasos con sus sonrisas. A todos ellos….y a aquellas paredes que me dieron abrigo.
































L'Oceano di Silenzio

Isabel Martínez Pita Obra Pictórica





Mare Crisium





The End





Faros en la Tormenta





Faros Atormentados




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