A partir de ahora volaré con el ala rota por la incomprensión de los que amé. A partir de ahora intentaré respirar verde en mi jardín y seré señora de mis sueños, destilando las sustancias que me indican los colores de mis emociones.
A partir de ahora seré dueña de mi piel y no pondré límites a los perfiles que se me presenten en los recodos de los amaneceres. A partir de ahora la mirada de mi perro será el objeto de mi búsqueda y no pensaré en nada más.
Como la aurora pertenece a la mañana y la Luna nos indica con el dedo la longitud del cielo, arrastraré mi pasado con el lastre suave de una ola.
Posaré mis ojos en la arena y allí haré un agujero donde depositaré el peso de mi espalda. No he de volver a perder, porque la pérdida está vencida y aceptada y de sus raíces han de nacer las flores del mañana.
La nostalgia será el cuadro pintado de materiales que no han de permanecer y mis labios dirán palabras que nadie se atreverá a repetir. Acaso alguien nació con la exactitud de un reloj?
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