No hay razón para amar ni muralla que se extienda más allá del vuelo de las águilas. No hay proverbio que se ajuste a la medida exacta de mis pensamientos nocturnos y, sin embargo, respiro.
Inmenso milagro que me inspira la vida.
Acontezco…..luego existo y veo una estela que se dibuja tras mi silueta, como mi perro marcando surcos. No hay pecado que me dé dicha, pero tampoco hay sorbos de inquietantes melodías que me hagan bailar dando brincos de alegría.
Una inmensa tontería, esto es este alegato a los que en su piel no han sabido traducir las vibraciones de la dicha de poder mirar a las golondrinas…todavía.
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